Escrito de Gloria de Ubrique
Hola, no soy joven, ni adolescente,ni niño. El día cuatro de abril
cumplo sesenta y siete años. Me ha gustado la iniciativa y me sumo a
ella. Como podéis ver, nací en1953, algunas crisis tengo a mis
espaldas de todo tipo, sentimentales, personales, económicas,
anímicas. Algunas muy duras y tengo que decir que después de cada una
de ellas, mi vida cambió para mejor, me ayudaron a cambiar mi forma de
ser ,de pensar y de actuar. Ahora llega ésta, desconocida y sin
aviso.NOOOO!. Lleva avisando mucho tiempo .El ser humano está lleno de
grandezas pero también de torpezas infinitas. Cuando dejamos de ser
humanos para convertirnos en dioses,y eso ocurre a todos los niveles,la
escalera de la vida es larga y tiene muchos peldaños,cada uno sabrá en
cual está y si se siente cómodo en él. Cuando yo abrí los ojos a la vida
tenía cinco años, no había luz eléctrica ni cuarto de baño, ni ropita
para cambiarte cada vez que querías. Te alumbrabas con un simple
candil, el color de la vida era blanco y negro. Una tristeza y pobreza
acompañaban siempre a los mayores, evidentemente yo no era consciente de
ello y no lo vivía así. En los rostros adultos aún habitaba el horror
de una guerra, las pérdidas humanas, el hambre y la necesidad. El
trabajo de un mundo que reconstruir. Los niños están dotados de un halo
especial y se agarran a lo natural. En el campo, que es donde yo pasé
mis primeros años de vida, lo que más buscaba era la compañía de mis
hermanos y de un perro. Recuerdo con mucha ternura los veranos tan
calurosos y dormir en la era junto a toda la familia. Mi madre a un
lado, mi padre a otro y todos los hermanos entre los dos, cinco
entonces. No recuerdo un cielo más bonito en mi vida, el espectáculo
era increíble, como no había ninguna otra luz que hiciera competencia,
más bonito todavía. No es contar batallitas lo que quiero es que sirva
para situarnos. Escucho hoy muchas personas que dicen que es fácil pasar
de vivir mal a vivir bien, pues mi mente no está clara en eso de bien y
mal. Por supuesto que veo los cambios maravillosos que se han dado en
la vida, en salud , educación, higiene o alimentación. Hemos
progresado y mucho, yo he sido una de tantas y tantos que con mucho
trabajo y sacrificio lo hicimos posible. Pero, cuándo se nos fue todo
de las manos?. Hoy la mayoría de las personas vivimos bien, con
trabajo, una bonita casa llena de comodidades, un armario bien lleno,
una despensa también, acceso a la educación, sanidad, dentista,
natación, baile, fútbol. Un sinfín de cosas que nos ocupa todo el
tiempo y en vez de disfrutar de todo ésto buscamos más,la segunda
vivienda, otro coche mejor, mejores vacaciones,cambiamos de móvil, de
tablet, ordenador, más y más. Viene este virus, nos encierra y nos
quita de la circulación. Ahora tenemos tiempo de pensar, leer,
escribir, dibujar, hacer postres, vivir a los nuestros, los que pueden
estar en la misma casa sí, los que no, los que estamos solos, nos da
mucho tiempo para pensar. Lo que hace que me de cuenta de lo que echo
en falta de verdad. Mi familia, amigos, vecinos, caminar, la brisa, el
sol, la lluvia, la sonrisa de las personas, un cafelito en buena
compañía. Un paseo por la playa o en el campo... Dicen que el aire,
los ríos y las montañas están más limpios. Alguien nos está dando las
gracias por este encierro. Soy abuela activa, ocupada y preocupada.
Debemos cuidar la tierra porque si ella enferma nosotros también lo
haremos. Y qué vida vamos a dejar en herencia a nuestros peques,
adolescentes y jóvenes. Por ello, vamos a aprender de lo vivido y
eduquemos en valores, cariño y sencillez. No hacen falta tantas
cosas, sólo más amor y sensibilidad a nuestras acciones,que si gana la
vida, ganamos todos.
Gloria. Ubrique
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